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Caminar a la intemperie, un acto de peregrinación


Caminar a la intemperie, no buscar asegurarme provisiones, sólo pedir el pan de cada día, confiar como una niña pequeña. Dejarme sorprender. Vivir en discernimiento, acogiendo su Providencia. Alegrarme, con una alegría que se me regala y que nadie me puede quitar

Caminar a la intemperie es ayudar. Caminar a la intemperie es estar dispuesto a estar con los desamparados, es peregrinar y buscar al necesitado aún cuando este no lo pida. . Es estar dispuesta a acoger y darle cobijo al más necesitado Esas son las palabras de esta teóloga y asistente social madrileña de 33 años tan dedicada a su trabajo en la comunidad villa Teresita donde muchas de las veces ella sale en busca de prostitutas, toxicómanos, inmigrantes ilegales, etc. para ayudarlos en lo que ella pueda. Peregrinar para ayudar, para sentirse mejor con ella misma, con dios y con los que ayuda, esto es caminar a la intemperie para esta asistente social madrileña.





En este cubo quise representar el desplazamiento del peregrinaje, un desplazamiento que trata sobre descubrir y encontrar cosas nuevas e interesantes, un viaje en el cual uno va en busca de un algo especifico o vago. Los colores representan lo llamativo que es ir en un viaje pero a la vez los vacíos son para demostrar que uno sabe a lo que va. En el fondo unos cuadrados sucesivos que representan un camino a tomar. En el fondo esta escultura iconográfica busca llamar la atención a la gente para que este meta la mano y haga un peregrinaje por este cubo.